domingo, 30 de mayo de 2010

MICROONDAS

Se denomina así la porción del espectro electromagnético que cubre las frecuencias entre aproximadamente 3 Ghz y 300 Ghz (1 Ghz = 10^9 Hz), que corresponde a la longitud de onda en vacío entre 10 cm. y 1mm.
La propiedad fundamental que caracteriza a este rango de frecuencia es que el rango de ondas correspondientes es comparable con la dimensión físicas de los sistemas de laboratorio; debido a esta peculiaridad, las m. Exigen un tratamiento particular que no es extrapolable de ninguno de los métodos de trabajo utilizados en los márgenes de frecuencias con que limita. Estos dos límites lo constituyen la radiofrecuencia y el infrarrojo lejano. En radiofrecuencia son útiles los conceptos de circuitos con parámetros localizados, debido a que, en general, las longitudes de onda son mucho mayores que las longitudes de los dispositivos, pudiendo así, hablarse de autoinducciones, capacidades, resistencias, etc., debido que no es preciso tener en cuenta la propagación efectiva de la onda en dicho elemento; por el contrario, en las frecuencias superiores a las de m. son aplicables los métodos de tipo OPTICO, debido a que las longitudes de onda comienzan a ser despreciables frente a las dimensiones de los dispositivos.
El método de análisis más general y ampliamente utilizado en m. consiste en la utilización del campo electromagnético caracterizado por los vectores (E, B, D y H en presencia de medios materiales), teniendo en cuenta las ecuaciones de MAXWELL (v), que rigen su comportamiento y las condiciones de contorno metálicos son muy frecuentes a estas frecuencias, cabe destacar que, p.ej, el campo E es normal y el campo H es tangencial en las proximidades externas de un conductor. No obstante, en las márgenes externas de las m. se utilizan frecuentemente los métodos de análisis correspondientes al rango contiguo del espectro; así, a frecuencias elevadas m. son útiles los conceptos de RAYO, LENTE, etc., ampliamente utilizados en óptica, sobre todo cuando la propagación es transversal electromagnética, (TEM, E y B perpendiculares entre sí y a la dirección de propagación) en el espacio libre. Por otro lado, a frecuencias bajas de m, colindantes con las radiofrecuencias, es útil la teoría de circuitos con parámetros distribuidos, en la que toma en cuenta la propagación efectiva que va a tener la onda en un elemento cualquiera. Así, un trozo de cable metálico, que en baja frecuencia representa simplemente un corto circuito que sirve para efectuar una conexión entre elementos, dejando equipotenciales los puntos que une, a alta frecuencia un sistema cuya frecuencia, por efecto peculiar, puede no ser despreciable y cuya autoinducción puede causar una impedancia que sea preciso tomar en cuenta. Entonces es preciso representar este cable a través de su impedancia (resistencia y autoinducción) por unidad de longitud.
También en la parte de instrumentación experimental, generación y transmisión de m, estas tienen peculiaridades propias que obligan a utilizar con características diferentes a los de los rangos de frecuencias vecinos. Respecto a limitaciones que impiden su funcionamiento a frecuencias de m., como a continuación esquematizamos.
Las líneas de baja frecuencia son usualmente ABIERTAS, con lo cual, si se intenta utilizar a frecuencias elevadas, automáticamente surgen problemas de radiación de la energía electromagnética; para superar este inconveniente es necesario confirmar los campos electromagnéticos, lo que normalmente se efectúa por medio de contornos metálicos; así, los sistemas de transmisión usuales a m. son, o bien líneas coaxiales, o bien, en general, guías de onda continuadas por conductores abiertos o tuberías. En este sentido es ilustrativo ver la evolución de un circuito resonante LC paralelo de baja frecuencia hacia una cavidad resonante, que es circuito equivalente en m. Como a alta frecuencia las inductancias y capacidades (ELECTROSTÁTICA; INDUCCIÓN ELECTROMAGNÉTICA), cobran gran importancia, por pequeñas que sean, un circuito resonante para frecuencias RELATIVAS ALTAS puede ser sencillamente dos placas paralelas y una espira uniendo ambas placas; es para reducir aún más la inductancia se ponen varias espiras en paralelo, se llega a obtener una región completamente cerrada por paredes conductoras.
La energía electromagnética solo puede almacenarse en una cavidad a frecuencias próximas a las denominadas de resonancia de la misma, las cuales dependen fundamentalmente de su geometría; los campos anteriores penetran solo en una capa delgada de las paredes metálicas siendo el espesor ô, de esta capa, denominada profundidad de penetración, dependiente de la frecuencia y de la conductividad del material que constituya a la cavidad a través de la expresión ô= 2/WUO, donde W,U y son respectivamente la frecuencia de la onda, la permeabilidad magnética y conductividad del material (ELECTRICA, CONDUCCION, ELECTROMAGNETISMO) así, para los siguientes metales: aluminio, oro, cobre y plata, los valores de ô a 3Ghz son respectivamente de 1,6, 1,4, 1,2 y 1,4 u. De esta forma es fácil comprender que la energía disipada en las cavidades, si éstas están hechas por buenos conductores, es pequeña, con lo cual las Q, o factores de mérito de las cavidades resonantes Q =2  (energía almacenada)/ (energía disipada por ciclo), suelen estar en orden de 10 ^4, pudiendo alcanzar valores más elevados. Por otra parte el pequeño valor de ô permite fabricar guías de excelente calidad con un simple recubrimiento interior de buen material conductor, (plateado o dorado).
La utilización en m, de las válvulas de vacío convencionales, como amplificadores osciladores, está limitada, por una parte, por el tiempo de tránsito de los electrones en el interior de la válvula y, por otra, por las inductancias y por las capacidades asociadas al cableado y los electrodos de la misma.
El tiempo de tránsito al hacerse comparable con el período de las oscilaciones, da lugar a que haya un desfase entre el campo y las oscilaciones de los electrones; esto implica un consumo de energía que disminuye la impedancia de entrada de la válvula, aunque su rejilla, polarizada negativamente, no capte electrones. Las inductancias y capacidades parásitas causan efectos de resonancia y acople interelectrónico que también conducen a una limitación obvia.
Son muchas las modificaciones sugeridas y utilizadas para superar estos inconvenientes, basándose en los mismos principios de funcionamiento, pero, a frecuencias ya de lleno en el rango de las m., tanto los circuitos de válvulas como los semiconductores trabajan según una concepción completamente diferente a los correspondientes de la baja frecuencia.
MODULACION EN MICROONDAS
Los generadores de microondas son generadores críticos en cuanto a la tensión y la corriente de funcionamiento.
Uno de los medios es no actuar sobre el generador o amplificador pero si utilizar un dispositivo diodo pin en la guía de salida, modulada directamente la amplitud de la onda.
Otro medio es utilizar un desfasador de ferrita y modular la onda en fase. En este caso es fácil obtener modulación en frecuencia a través del siguiente proceso:
En una primera etapa, se modula en FM una portadora de baja frecuencia, por ejemplo 70 Mhz.
En una segunda etapa, esta portadora modulada es mezclada con la portadora principal en frecuencia de Ghz, por ejemplo 10 Ghz.
Un filtro de frecuencias deja pasar la frecuencia suma, 10070 Mhz con sus bandas laterales de 3 Mhz y por lo tanto la banda pasante será de 10067 a 10073 Mhz que es la señal final de microondas.
En el receptor se hace la mezcla de esta señal con el oscilador local de 10 Ghz seguido de un filtro que aprovecha la frecuencia de diferencia 70 Mhz la cual es amplificada y después detectada por las técnicas usuales en FM.
VENTAJAS DE LOS RADIOENLACES DE MICROONDAS COMPARADOS CON LOS SISTEMAS DE LINEA METALICA
·         Volumen de inversión generalmente más reducido.
·         Instalación más rápida y sencilla.
·         Conservación generalmente más económica y de actuación rápida.
·         Puede superarse las irregularidades del terreno.
·         La regulación solo debe aplicarse al equipo, puesto que las características del medio de transmisión son esencialmente constantes en el ancho de banda de trabajo.
·         Puede aumentarse la separación entre repetidores, incrementando la altura de las torres.
DESVENTAJAS DE LOS RADIOENLACES DE MICROONDAS COMPARADOS CON LOS SISTEMAS DE LINEA METALICA
·         Explotación restringida a tramos con visibilidad directa para los enlaces.
·         Necesidad de acceso adecuado a las estaciones repetidoras en las que hay que disponer de energía y acondicionamiento para los equipos y servicios de conservación. Se han hecho ensayos para utilizar generadores autónomos y baterías de células solares.
·         La segregación, aunque es posible y se realiza, no es tan flexible como en los sistemas por cable
·         Las condiciones atmosféricas pueden ocasionar desvanecimientos intensos y desviaciones del haz, lo que implica utilizar sistemas de diversidad y equipo auxiliar requerida, supone un importante problema en diseño.
ESTRUCTURA GENERAL DE UN RADIOENLACE POR MOCROONDAS
EQUIPOS
Un radioenlace está constituido por equipos terminales y repetidores intermedios. La función de los repetidores es salvar la falta de visibilidad impuesta por la curvatura terrestre y conseguir así enlaces superiores al horizonte óptico. La distancia entre repetidores se llama vano.
Los repetidores pueden ser:
·         Activos
·         Pasivos
En los repetidores pasivos o reflectores.
·         No hay ganancia
·         Se limitan a cambiar la dirección del haz radielectrónico.
PLANES DE FRECUENCIA - ANCHO DE BANDA EN UN RADIOENLACE POR MICROONDAS
En una estación terminal se requieran dos frecuencias por radiocanal.
·         Frecuencia de emisión
·         Frecuencia de recepción
Es una estación repetidora que tiene como mínimo una antena por cada dirección, es absolutamente necesario que las frecuencias de emisión y recepción estén suficientemente separadas, debido a:
  La gran diferencia entre los niveles de las señales emitida y recibida, que puede ser de 60 a 90 dB.
  La necesidad de evitar los acoples entre ambos sentidos de transmisión.
  La directividad insuficiente de las antenas sobre todas las ondas métricas.
Por consiguiente en ondas métricas (30-300 Mhz) y disimétricas (300 Mhz - 3 Ghz), conviene utilizar cuatro frecuencias (plan de 4 frecuencias).
En ondas centimétricas, la directividad es mayor y puede emplearse un plan de 2 frecuencias.

Morales R. Karelis
CI 18089995
CAF

Exposición humana a la radiación de radiofrecuencia y microondas generada por teléfonos móviles y otros dispositivos de comunicación inalámbricos

  El Committee on Man and Radiation (COMAR) del Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE) es consciente de la preocupación entre el público por la seguridad de la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF) y microondas (MW) generados por los teléfonos móviles y otros dispositivos de comunicación inalámbricos.
Diversas organizaciones nacionales e internacionales han publicado guías para limitar la exposición humana a la energía de radiofrecuencia. Entre otras podemos citar la norma IEEE C95.1, y las recomendaciones del National Council on Radiation Protection (NCRP) en EEUU , la International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection (ICNIRP), y el National Radiation Protection Board (NRBP) en Gran Bretaña. Aunque estas guías difieren en algunos aspectos, los límites en la banda de frecuencias que usan los teléfonos móviles y dispositivos similares son bastante parecidos. El consenso en la comunidad científica, que se refleja en estas guías, es que la exposición a energía de radiofrecuencia por debajo de los límites no conforma ningún riesgo.
En EEUU la Federal Communications Commission (FCC) autoriza la venta de dispositivos de comunicación inalámbricos que cumplen con su normativa . La guía de la FCC, que está basada en los límites de exposición del NCRP, fue desarrollada para proteger a trabajadores y público en general porque la FCC tiene la responsabilidad legal de hacerlo, de acuerdo con la National Environmental Policy Act de 1969 (NEPA). Europa y otros países tienen sus propias reglamentaciones.
Se ha determinado, mediante medidas, que la mayoría de los teléfonos móviles y otros dispositivos de comunicación de baja potencia exponen a los usuarios a niveles de energía por debajo de estos límites. Algunos de estos dispositivos pueden afectar el funcionamiento de marcapasos, desfibriladores implantados u otros dispositivos médicos si se usan muy cerca de ellos (a algunos centímetros). Las personas que lleven dispositivos implantados deben seguir la indicaciones de su médico para un uso sin riesgos de los sistemas de comunicación inalámbricos.
 
 
ANTECEDENTES

El uso de teléfonos móviles se ha incrementado rápidamente a finales de los 90. Los nuevos sistemas de comunicación personal se basan en el mismo principio de un emisor/receptor móvil usado cerca de la cabeza. En estos momentos hay unos 80 millones de teléfonos móviles en los EEUU. Se estima que a nivel mundial habrá unos 500 millones en 2001 y unos 700 millones en el 2003.
Este informe pretende dar respuesta a la preocupación mostrada por parte del público con respecto a los riesgos para la salud derivados del uso de dispositivos inalámbricos, con especial énfasis en los teléfonos móviles.
Cuando se evalúan los posibles riesgos de la utilización de transmisores de radio deben tenerse en cuenta diversas consideraciones. La primera es la frecuencia de operación ya que las guías de exposición establecen límites que varían con la frecuencia. En EEUU los teléfonos móviles analógicos operan en una banda entre los 824 y los 849 MHz, mientras que los sistemas digitales PCS operan en la banda de 1850-1990 MHz. Los emisores/receptores portátiles, tipo walkie-talkie, lo hacen a frecuencias de 30, 150 y 450 MHz. Los teléfonos sin hilos domésticos operan típicamente a 50, 915 o 2450 MHz.
Un segundo factor a considerar es la potencia transmitida y la distancia del cuerpo a la que está el dispositivo. Los dispositivos sostenidos con la mano (teléfonos móviles, sin hilos , etc) operan a potencias bajas pero se usan muy cerca del cuerpo. Los dispositivos montados en vehículos operan con potencias mayores, pero la distancia de la antena al cuerpo es también mayor.
La exposición de una persona a la energía de radiofrecuencia se puede medir de distintas formas. Para dispositivos usados cerca del cuerpo la magnitud más útil es la tasa de absorción específica (SAR: Specific Absorption Rate). La SAR es una medida de la potencia depositada en el cuerpo (ya sea en una región o promediada en todo el cuerpo) y se expresa en vatios por kilogramo de tejido (W/kg). Todas las guías de exposición citadas anteriormente están diseñadas para limitar la SAR a valores seguros.


Normas y guías de exposición de radiofrecuencia

Varias organizaciones han definido límites para la exposición humana a los campos de RF. Entre ellas el IEEE, el NCRP, la ICNIRP y en Gran Bretaña el NRPB (hay una lista de siglas en el anexo). Además, hay también varias regulaciones gubernamentales que están generalmente basadas en las guías y normas citadas. Estas guías definen valores ligeramente distintos entre ellas y tienen otras peculiaridades, pero a las frecuencias usadas por la mayoría de dispositivos de comunicación de RF todas son similares.
La mayoría de recomendaciones especifican dos conjuntos de límites, para exposición ocupacional y del público. En el caso particular de la norma IEEE-C95.1-1991 se distingue entre entornos "controlados" (cualquier lugar donde las personas son conscientes que están sometidas a radiaciones de RF) e "incontrolados". La mayoría de guías definen límites que son cinco veces menores para entornos "incontrolados" (exposición para el público) que para entornos "controlados" (exposición ocupacional) en el margen de frecuencias hasta 3000 MHz.
Todas estas normas contemplan también diferentes situaciones de exposición. Entre ellas se distingue entre exposición de todo el cuerpo o de una región (esta es la más relevante para los dispositivos de comunicación de RF). También se especifican tiempos de promediado que varían de 6 a 30 minutos [1] (esto significa que exposiciones accidentales de duración menor que el tiempo de promediado pueden tener un valor mayor que el límite). En el caso de la IEEE-C95.1 se contempla además una exclusión para dispositivos de baja potencia, de forma que para estos dispositivos no es necesario hacer medidas para demostrar el cumplimiento con la norma (muchos dispositivos de comunicación personal, incluyendo teléfonos móviles, estarían incluidos en esta categoría). Otras recomendaciones, como la de la ICNIRP [3] o la FCC no contemplan ninguna exclusión.
Todas estas guías de exposición han sido elaboradas por comisiones formadas por científicos e ingenieros, que han revisado la literatura científica para identificar posibles peligros de la exposición a energía de RF. Las guías más importantes se han basado en la revisión exhaustiva de varios miles de artículos científicos, que incluían estudios de ingeniería, investigaciones en animales y cultivos celulares y estudios (epidemiológicos) en humanos. Las normas fueron aprobadas sólo después de un largo proceso de revisión por diversas partes interesadas, incluyendo el público en muchos casos.
A partir de esta revisión de la literatura la mayoría de comités llegó a la conclusión que el efecto más reproducible que se producía con exposiciones bajas era la modificación del comportamiento en animales de laboratorio entrenados. Este efecto, que se ha observado en varias especies animales y bajo diferentes condiciones de exposición, se manifiesta a partir de deposiciones de potencia en todo el cuerpo (SAR de cuerpo entero) de unos 4 W/kg. Esta deposición de potencia provoca un aumento de temperatura en el animal y les estimula a dejar de realizar una tarea compleja para la que se le había entrenado. Los cambios de comportamiento que se producen son totalmente reversibles y no se consideran peligrosos para el animal. Se trabaja con la hipótesis que deposiciones de potencia de este orden de magnitud en humanos producirían efectos comparables. Esta hipótesis no se ha comprobado experimentalmente. Para valores de SAR mucho mayores se puede someter al cuerpo a un esfuerzo térmico similar al que aparece a temperaturas ambiente muy elevadas o realizando un ejercicio extenuante. A pesar de un número de hipótesis bastante elevadas, no se ha podido establecer ningún mecanismo por el cual un campo electromagnético, con niveles por debajo de los de las guías de exposición, puede producir un daño biológico con consecuencias clínicas.
Los datos disponibles sobre exposición de humanos a energía de RF son limitados, especialmente para exposiciones de larga duración. Ha habido algunos experimentos de exposición de humanos a niveles de radiación parecidos a los de los teléfonos móviles, pero no se ha encontrado ninguna evidencia de posibles efectos dañinos. Una revisión excelente de la literatura disponible en este campo se puede encontrar en Moulder et al.
Dos estudios epidemiológicos que tratan sobre la relación entre tumores cerebrales y el uso de teléfonos móviles han sido publicados hasta la fecha. Rothman et at. han concluido que no hay diferencia en mortalidad entre los usuarios de teléfonos móviles de mano (el aparato es sostenido con la mano, cerca de la cabeza) y usuarios de kits de vehículo (la antena está montada en el techo del vehículo). Hardell et al en un estudio de varios cientos de pacientes con tumores cerebrales en Suecia no encontró ninguna asociación estadísticamente significativa entre éstos y el uso de teléfonos móviles. Hay que tener presente, no obstante, que los tumores cerebrales suelen tardar años en desarrollarse, muchos más que los períodos de exposición de estos estudios.
En conclusión, no hay ninguna evidencia, ni de estudios de laboratorio ni epidemiológicos, de que la exposición a energía de RF por debajo de los límites que aparecen en las guías tenga algún efecto en la salud de los humanos.


Exposición debida los teléfonos móviles

En EEUU los teléfonos deben operar dentro de los límites que establece la FCC. Los que se comercializan en Europa deberán cumplir con regulaciones nacionales, que en muchos países son similares pero menos restrictivas que las de la FCC. El cumplimiento se verifica mediante métodos experimentales o teóricos, evaluando el SAR que producen los teléfonos en modelos de cabeza humana. Debido a los amplios márgenes de seguridad que se han incorporado a las guías, los límites de las regulaciones están muy lejos de aquellos que presumiblemente podrían significar un peligro.
Los fabricantes, en general, diseñan los teléfonos móviles para cumplir con las regulaciones, aunque al menos uno de ellos ha tenido que retirar un modelo del mercado porque la potencia emitida era ligeramente superior a la autorizada y el SAR era ligeramente superior al límite prescrito. Los teléfonos digitales (GSM, PCS) operan con potencias medias menores que los analógicos y por tanto la probabilidad de que excedan los límites es menor. Los teléfonos sin hilos analógicos que operan en la banda de 46 MHz emiten niveles de potencia mucho menores que un teléfono móvil y producen mucha menos exposición en el usuario. No obstante los nuevos teléfonos sin hilos digitales que operan a 900 MHz y 2.45 GHz radian potencias que son comparables con las de los teléfonos móviles.


Interferencias con equipos médicos

Niveles de energía de RF suficientemente altos pueden producir interferencias en otros equipos electrónicos. Este problema es más probable que se produzca con energía pulsada, como en los teléfonos digitales. Algunos estudios han mostrado que los teléfonos móviles pueden alterar la operación de marcapasos o desfibriladores implantados si el teléfono se utiliza situado sobre el dispositivo, y ha habido casos de interferencias con audífonos. Las personas con marcapasos, desfibriladores implantados, u otros dispositivos electrónicos de uso médico, deben consultar a su médico y/o al fabricante del teléfono para decidir qué precauciones, si fuese el caso, deben adoptar. Algunos fabricantes recomiendan usar el teléfono en el lado del cuerpo opuesto a aquel en el que se ha implantado el marcapasos.

Conclusiones

Los datos de medidas y cálculos indican que el SAR local producido por teléfonos sin hilos, teléfonos móviles, transmisores montados en vehículos y otros dispositivos personales de comunicación no exceden habitualmente los límites de la FCC y otras guías. La evidencia científica disponible hasta la fecha, revisada por los comités que han redactado las guías de exposición y por otros grupos de expertos no muestra la existencia de un peligro o riesgo sanitario derivado del uso de teléfonos móviles u otros dispositivos de comunicación. Es potencialmente posible que los teléfonos usados con la mano puedan producir interferencias en dispositivos médicos implantados si se sitúan muy cerca de ellos (unos pocos centímetros)

Morales R. Karelis
CI 18089995
CAF


 

lunes, 24 de mayo de 2010

RF IN ANIMALS


Ave studies on laboratory animals revealed an increased cancer risk?
In the past, a number of studies on laboratory animals looked at the possibility of radio frequency (RF) energy causing cancer, and most found no causal link. One exception was a 1997 study that exposed a strain of mice prone to lymphoma to radio frequency signals similar to those transmitted by GSM-type handsets every day over 18 months. The researchers reported more new lymphoma cases among exposed mice.
Other researchers who carried out a similar experiment in 2002 found no significant effect on the number of new lymphoma cases in mice. Other studies had tested whether exposure to radio frequency fields alone could trigger any type of cancer in normal or genetically predisposed animals. Other studies have investigated whether exposure to RF fields could enhance the development of tumours triggered by cancer-causing chemicals, X-rays or UV radiation. No significant increase in the number of tumour cases has been reported among exposed laboratory animals, but most of these studies used relatively low exposure.
In the last few years, a number of lifetime and long-term exposure studies were performed on laboratory animals by exposing them to 900 MHz GSM signals and other higher frequency signals at higher exposure levels than previous studies. All studies concluded that there was no effect of radiofrequency fields on the risk of developing tumours even at the higher exposures. One study found a reduced survival rate in exposed animals, but this finding remains unexplained.

The SCENIHR opinion states:
What was already known on this subject?
The possible carcinogenicity of RF field exposure has been investigated in a number of experimental systems, with essentially negative results. The positive finding of increased lymphoma incidence in the lymphoma-prone transgenic Eµ-Pim1 mouse strain (Repacholi et al. 1997) is an interesting exception. The previous opinion of 2007 discussed a study (Utteridge et al. 2002) that failed to confirm the results of the Repacholi study, as well as several other studies that had evaluated carcinogenicity of RF fields in a variety of experimental models. Several studies had tested carcinogenicity of RF fields alone in normal or genetically predisposed animals, and several other studies had tested possible co-carcinogenicity together with known chemical or physical carcinogens. No statistically significant (p<0.05) increase of tumour incidence was found in any of the studies reviewed. Questions that remained were relevance of the experimental models to human carcinogenesis and the relatively low exposure levels used in most of the studies.

What has been achieved since then?
A number of lifetime and chronic exposure studies have been performed on laboratory animals.
The study reported by Oberto et al. (2007) was another replication and an extension of the Repacholi et al. (1997) study with Eµ-Pim1 transgenic mice exposed to a GSM-type signal. There were several methodological improvements compared to the original study by Repacholi et al. (1997) including use of several exposure levels (0.5, 1.4 or 4.0 W kg/kg), well-defined dosimetry and more uniform exposure (achieved by restraining the animals) and extensive histopathology of all animals. Compared to the sham-exposed controls, survival was reduced in the animals exposed to RF fields. The intergroup differences were statistically significant (p<0.05) in the male animals, but there was no trend with increasing exposure level (lowest survival at 0.5 W/kg). No increase in lymphoma incidence was observed in the RF exposed groups. Concerning other neoplastic findings, Harderian gland adenomas were increased in male mice, with a significant dose-related trend (p<0.01). However, this trend was not supported by the findings on female animals, i.e. no tumours were observed in the highest exposure groups. For the statistical analysis, the cage control and the sham-exposed control groups were combined, which is not a valid procedure given the differences in body weight development and tumour incidence between these groups (these differences are most likely related to restraint of the sham-exposed animals). However, based on the data reported in the paper, a different analysis strategy (comparison to the sham- exposed group only) would not essentially change the conclusion that there was no effect of RF electromagnetic fields on tumours at any site. The reduced survival in the exposed animals is not thoroughly discussed by the authors; this finding remains unexplained and difficult to interpret without detailed information about the causes of death.
In another study with lymphoma-prone animals (Sommer et al. 2007), unrestrained AKR/J mice, 160 animals per group, were chronically sham-exposed or exposed to a generic UMTS test signal for 24 h/day, 7 days/week at a SAR of 0.4 W kg/kg. No effect from exposure to RF electromagnetic fields was seen on lymphoma incidence, survival time or severity of the disease.
Two studies evaluated carcinogenicity of both a GSM signal at 902 MHz and a DCS signal at 1,747 MHz in conventional laboratory animals including B6C3F1 mice (Tillmann et al. 2007) and Wistar rats (Smith et al. 2007). Three exposure levels from 0.4 to 4 W/kg (and sham exposure) were used. The study on mice (Tillman et al. 2007) produced no evidence that RF field exposure increased the incidence or severity of neoplastic or non- neoplastic lesions, or resulted in any other Interestingly however, the incidence of liver adenomas in males decreased with increasing exposure level, with a statistically significant (p<0.05) difference between the highest exposure and the sham exposed group. However, comparison with published tumour rates in untreated mice revealed that the observed tumour rates were within the range of historical control data. The study on rats (Smith et al. 2007) was a combined chronic toxicity and carcinogenicity study, and some of the animals (15 males and 15 females per group) were killed at 52 weeks from the start of the study. There were no significant differences in the incidence, multiplicity, latency or severity of neoplasms, or any other adverse responses to RF field exposure.
Saran et al. (2007) used Patched1 heterozygous knockout mice, an animal model in which exposure of newborn animals to ionizing radiation enhances development of brain tumours (medulloblastoma). Newborn Patched1 mice and their wild-type siblings were exposed to 900 MHz GSM-type radiation at 0.4 W/kg for 30 min twice a day for 5 days. No differences in survival were found between exposed and sham-exposed animals. Medulloblastomas (in 7 animals) and rhabdomyosarcomas (in 56 animals) were found in the Patched1 mice but not in the wild-type animals. The incidence of rhabdomyosarcoma was higher (68%, 36 animals) in the exposed group than in the sham-exposed group (51%, 20 animals), but this difference was not statistically significant (p>0.05). The incidences of medulloblastomas, other tumours or preneoplastic skin lesions did not differ between the exposed and sham-exposed groups.
Shirai et al. (2007) investigated possible promoting effect of 1.95 MHz RF fields (W- CDMA signal) on ethylnitrosourea (ENU)-induced brain tumours in Fischer 344 rats. The brain tumour incidences of both females and males tended to be higher in the two RF exposed groups (0.67 and 2 W/kg) than in the sham-exposed group, but no statistically significant (p<0.05) effects were reported. Moreover, an opposite trend (decreasing incidence with increasing exposure level) was observed in a previous similar study (Shirai et al. 2005), indicating that the trends observed are most likely incidental.
Hruby et al. (2008) treated 100 female Sprague-Dawley rats per group with 7,12- Dimethylbenz(a)anthracene (DMBA) to induce mammary tumours and then exposed the animals to 900 MHz GSM signals. The exposure groups included cage controls, sham- exposed controls and three exposure groups (0.4, 1.3 and 4.0 W/kg). The exposed and sham exposed animals were restrained during exposure. There were several statistically significant (p<0.05) differences between RF field-exposed groups and the sham-exposed group. All RF-exposed groups had significantly more palpable mammary gland tissue masses than the sham-exposed group, but there was no clear increase with increasing exposure level (no dose-response relationship). The incidence of malignant mammary tissue tumours was lowest in the sham-exposed group, and significantly increased in the high exposure group. However, the incidence of benign tumours was significantly lower in the three RF exposed groups than in the sham-exposed group. The number of animals with benign or malignant neoplasms was similar in the sham-exposed group and in the three RF-exposed groups. Given that the DMBA mammary tumour model is known to be prone to high variations in the results, the authors concluded that the differences between the groups were most likely incidental. Comparison with the results of the almost identical study of Yu et al. (2006) supports this conclusion: both studies reported similar development of mammary tumours in three groups, but lower rate of development (seen in the appearance of palpable tumours and/or reduced malignancy) in one group. Hruby et al. (2008) found the lowest rate of development in the sham- exposed group, while Yu et al. (2006) found it in the 0.44 W kg-1 groups. Both studies consistently reported highest incidence of tumours in the cage control group, which is most likely related to the different handling of the cage control animals (different stress level, differences in food intake).



Morales R. Karelis
CI 18089995
CAF






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ABLACION POR RADIOFRECUENCIAS DE TUMORES PULMUNARES



En qué consiste la ablación por radiofrecuencias de tumores pulmonares
La ablación por radiofrecuencias, a veces denominada ARF, consiste en un tratamiento mínimamente invasivo contra el cáncer. Es una técnica guiada por imágenes que destruye las células cancerígenas por calor.
En la ablación por radiofrecuencias, las técnicas por imágenes tales como el ultrasonido, la tomografía computada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RMN) se utilizan para ayudar a guiar un electrodo aguja dentro del tumor cancerígeno. Luego las corrientes eléctricas de alta frecuencia pasan por el electrodo generando calor que destruye las células anormales.

Algunos de los usos más comunes del procedimiento
La ablación por radiofrecuencias se utiliza para tratar el cáncer de pulmón en etapas tempranas.
La ablación por radiofrecuencias es una opción de tratamiento viable y efectiva si usted:
  • desea evitar la cirugía convencional.
  • se encuentra demasiado enfermo para someterse a una cirugía.
  • tiene un reducido número de metastasis en los pulmones. Estos consisten en tumores que se han diseminado a partir de un cáncer localizado en otra parte de su cuerpo, como los riñones, intestino o seno.
  • tiene un tumor de gran tamaño que es demasiado grande para extirparlo quirúrgicamente.
La ARF también se utiliza para:
  • reducir el tamaño de un tumor de manera que pueda eliminarse con más facilidad mediante la quimioterapia o la radioterapia.
  • brindar alivio cuando el tumor invade la pared torácica y provoca dolor.
La ARF no tiene el fin de sustituir la cirugía, radioterapia o quimioterapia en todos los pacientes. Puede ser eficaz cuando se realiza sola o en conjunto con estos tratamientos.
Forma en que se debe preparar
Debe informarle a su médico cualquier medicación que se encuentra ingiriendo, incluso suplementos herbales, y el padecimiento de alergias, en especial a anestésicos locales, anestesia generall o material contraste (también denominados "tintes" o "tintes de rayos X"). Su médico le podría aconsejar dejar de tomar aspirinas, medicamentos antiinflamatorios no esteroides (NSAID, por sus siglas en inglés) o anticoagulantes durante un período de tiempo específico antes del procedimiento.
Antes de que le realicen el procedimiento, es posible que se haga un análisis de sangre para determinar si el hígado y riñones están funcionando bien y si la coagulación sanguínea es normal.
Las mujeres siempre deben informar a su médico y al tecnólogo de rayos X si existe la posibilidad de embarazo. Muchos exámenes por imágenes no se realizan durante el embarazo ya que la radiación puede ser peligrosa para el feto. En caso de que sea necesario el examen de rayos X, se tomarán precauciones para minimizar la exposición del bebé a la radiación.
Probablemente se le solicite no ingerir ningún tipo de alimentos o bebidas pasada la medianoche con anterioridad al procedimiento. Su médico le informará qué medicamentos puede tomar a la mañana.
Se aconseja programar que un familiar o un amigo lo lleve a su hogar una vez concluido el procedimiento.
Posiblemente se le solicite que use una bata durante el procedimiento

La forma en que se ve el equipo
En este procedimiento, se utilizan la tomografia computada(TC) por imágenes, los electrodos aguja, un generador eléctrico y almohadillas de puesta a tierra.
Existen dos tipos de electrodos aguja: agujas sencillas y rectas y una aguja recta y hueca que contiene varios electrodos retractables que se extienden cuando se necesita.
El generador de radiofrecuencias produce corrientes eléctricas en el rango de las ondas de radiofrecuencia. Se conecta por medio de cables aislados a los electrodos aguja y a las almohadillas de puesta a tierra que se colocan en la espalda o el muslo del paciente.
El dispositivo para la exploración por TAC es una máquina de gran tamaño parecido a una caja, que tiene un hueco, o túnel corto, en el centro. Uno se acuesta en una angosta mesa de examen que se desliza dentro y fuera de este túnel. El tubo de rayos X y los detectores electrónicos de rayos X se encuentran colocados en forma opuesta sobre un aro, llamado gantry, que rota alrededor de usted. La estación de trabajo de la computadora que procesa información de las imágenes se encuentra ubicada en una sala aparte, donde el tecnólogo opera el dispositivo de exploración y monitorea su examen.
Otro equipo que puede utilizarse durante el procedimiento incluye la línea intravenosa (IV) y un equipo que controla los latidos cardíacos y la presión arterial.

De qué manera funciona el procedimiento
La ablación por radiofrecuencias funciona mediante el paso de corrientes eléctricas en el rango de ondas de radiofrecuencia entre el electrodo aguja y las almohadillas de puesta a tierra colocadas sobre la piel del paciente. Dichas corrientes generan calor alrededor del electrodo que, cuando se dirige hacia el tumor, calienta y destruye las células cancerígenas. Al mismo tiempo, el calor generado por la energía de radiofrecuencia cierra pequeños vasos sanguíneos y disminuye el riesgo de sangradura. Las células muertas del tumor se reemplazan gradualmente por tejido cicatricial que con el tiempo se contrae.
Es posible que las imágenes del ultrasonido, la tomografia computada, o la resonancia magnética se utilicen para ayudar a los médicos a guiar el electrodo aguja dentro del tumor.
Cómo se realiza
Los procedimientos mínimamente invasivos guiados por imágenes como la ablación por radiofrecuencias son en su mayoría llevados a cabo por un radiologo de intervencion especialmente capacitado en una sala de radiologia de intervercion o en forma ocasional en la sala de operaciones.
La ablación por radiofrecuencias a menudo se realiza en pacientes ambulatorios.
Se ubicará sobre una mesa de examen.
Durante el procedimiento, estará conectado a unos monitores que controlan el latido cardíaco, la presión arterial y el pulso.
Una enfermera o un tecnologo colocarán una línea intravenosa (IV) en la vena de su mano o brazo para administrarle medicación sedante por vía intravenosa.
Su médico utilizará la exploración por TC para ubicar el tumor con precisión. Su piel se marcará en el lugar apropiado de la pared torácica.
La zona en donde se colocarán los electrodos se esterilizará y se cubrirá con un paño quirúrgico.
El médico dejará insensible la zona con un anestesico local..
Se hace en la piel un pequeño corte en la zona.
La ablación por radiofrecuencias se realiza utilizando uno de tres métodos:
  • En forma quirúrgica.
  • En forma percutánea, en la cual los electrodos aguja se insertan a través de la piel y en la zona del tumor.
  • En forma toracoscópica, en la cual los electrodos aguja dentro de un tubo de plástico delgado se pasan por una pequeña incisión en la piel en un procedimiento denominado toracoscopía.
Utilizando la guía por imágenes, su médico insertará el electrodo aguja a través de la piel y lo hará avanzar hasta el sitio del tumor.
Una vez que el electrodo aguja se encuentra colocada, se aplica la energía por radiofrecuencias. Es posible que para un tumor grande sea necesario practicar varias ablaciones reposicionando el electrodo aguja en diferentes partes del tumor para asegurarse de que no se quede ningún tejido tumoral.
Al final del procedimiento, se quitará el electrodo aguja y se aplicará presión para detener cualquier sangradura y la apertura en la piel se cubrirá con un vendaje. No se necesita ningún tipo de sutura.
Posiblemente se le quita la línea intravenosa.
Se tomará una radiografía de tórax para asegurarse de que no se ha producido un colapso pulmonar debido a la formación de una bolsa de aire durante el procedimiento. Si esto ocurriera, puede ser necesario insertar un pequeño tubo en el área para eliminar esta bolsa de aire. Posiblemente el tubo se deje colocado por varios días.
Cada ablación por radiofrecuencias toma entre 10 y 30 minutos, con un tiempo adicional necesario si se realizan varias ablaciones. Todo el procedimiento se termina en general dentro de una y tres horas.
Qué se experimenta durante y después del procedimiento
Los dispositivos para controlar el latido cardíaco y la presión arterial estarán conectados al cuerpo.
Sentirá un suave pinchazo cuando se inserte la aguja en la vena para colocar la línea intravenosa (IV) y cuando se inyecte el anestesico loca.
Si el caso se hace con sedación, el sedante intravenoso (IV) hará que se sienta relajado y con sueño. Es posible que pueda permanecer despierto o no, y eso depende de la intensidad del sedante.
El dolor que siente inmediatamente después de la ablación por radiofrecuencias puede controlarse con calmantes suministrados por vía intravenosa o por medio de una inyección. Después, cualquier pequeña molestia que experimenta puede controlarse por vía oral con medicaciones para el dolor. Es posible que los pacientes sientan nauseas, pero también esto puede aliviarse con medicación.
Aproximadamente dos horas después del procedimiento, le realizarán una radiografía de tórax para controlar si no ha habido un colapso pulmonar. Esto sucede en alrededor de un 30% de los pacientes, pero solo uno de diez pacientes necesitará que le coloquen un tubo en el espacio que se encuentra entre el pulmón colapsado y la pared torácica para sacar el aire y permitir que el pulmón vuelva a expandirse. Si se coloca el mencionado tubo, es posible que tenga que permanecer o no en el hospital para más controles. Numerosos pacientes pueden retirarse a su hogar con este pequeño tubo y se lo quitan dentro de uno o dos días.
Permanecerá en la sala de recuperación hasta que esté completamente despierto y listo para irse a su hogar.
Usted debería poder reanudar sus actividades habituales dentro de unos pocos días.
Sólo alrededor de un diez por ciento de los pacientes aún tienen dolores una semana después de la ablación por radiofrecuencias.
Quién interpreta los resultados, y cómo se obtienen
Si le hicieron una ablación por radiofrecuencias, le harán una tomografía computada TC o una resonancia magnetica nuclear (RMN) entre unas horas y una semana después. Un radiologo interpreta las exploraciones de la TC o la RMN con el fin de detectar complicaciones y garantizar que todo el tejido tumoral fue eliminado.
Cuáles son los beneficios y los riesgos
Beneficios
  • La ablación por radiofrecuencias (ARF) es un procedimiento mucho menos invasivo que la cirugía abierta para tratar los tumores pulmonares primarios o metastasico. Los efectos secundarios y las complicaciones son menos comunes y menos graves con la ARF.
  • Los pacientes que tienen varios tumores o tumores en ambos pulmones normalmente no se consideran candidatos para cirugía, pero pueden ser candidatos para la ARF.
  • La función pulmonar se conserva mejor después de la ARF que con la extirpación quirúrgica del tumor. Esto es particularmente importante para quienes tienen una capacidad respiratoria afectada, como los fumadores y ex fumadores de cigarrillos.
  • Si parte del tumor persiste después de la ARF, se puede repetir el procedimiento o las células tumorales restantes se pueden eliminar con radioterapia. La ARF destruye eficazmente la parte central del tumor, o sea el área que no responde bien a la radioterapia.
  • Si un tumor vuelve a la misma región, por lo general se puede tratar con ARF. El procedimiento se puede repetir varias veces si fuera necesario.
  • Aun cuando la ARF no elimine todo el tumor, una reducción de la cantidad total del tumor puede extender la vida del paciente por un tiempo significativo.
  • Lleva menos tiempo recuperarse de una ARF que de una cirugía convencional.
  • La ARF es un procedimiento relativamente rápido y también lo es la recuperación de manera que la quimioterapia puede reanudarse casi de inmediato. en los pacientes que las necesitan.
  • La ablación por radiofrecuencia es menos costosa que otras opciones de tratamiento.
  • No se necesita incisión quirúrgica: sólo un pequeño corte en la piel que no necesita suturas para cerrarse.
Riesgos
  • No es infrecuente que la colocación del electrodo de radiofrecuencia cause una condición llamada neumotorax. Esto sucede cuando una acumulación de aire o gas en la cavidad torácica hace que una parte del pulmón se colapse. Normalmente no se necesita ningún tratamiento, pero a algunos pacientes se les pone un tubo de plástico en el tórax por unos días para extraer el aire.
  • El sangrado significativo dentro del pulmón es una complicación poco común de la ablación por radiofrecuencias (ARF).
  • Podría formarse una acumulación de líquido entre el pulmón y la membrana que lo cubre. Si el paciente sufre dificultad para respirar es preciso extraer el líquido con una aguja.
  • Las mujeres siempre deberán informar a su médico o al tecnólogo de rayos X si existe la posibilidad de embarazo.
  • Este procedimiento posiblemente se relacione con la exposición a los rayos X. No obstante, el riesgo de radiación no es un problema mayor si se lo compara con los beneficios del procedimiento.
  • No son habituales los dolores agudos luego de realizada la ARF, pero si aparecen pueden durar unos pocos días y requerir calmantes narcóticos para aliviarlos.
  • En raras ocasiones las enfermedades pulmonares subyacentes pueden agudizarse después de la ARF, y en casos graves esto puede ser fatal.
  • Cualquier procedimiento en el cual se penetra la piel conlleva un riesgo de infección. La posibilidad de necesitar un tratamiento con antibióticos ocurre en menos de uno de cada 1.000 pacientes.
Cuáles son las limitaciones de la ablación por radiofrecuencia de tumores pulmonares
La ablación por radiofrecuencias (ARF) puede no ser posible si el tumor está demasiado cerca de un órgano crítico como las vías respiratorias centrales, los vasos sanguíneos o el corazón. Los tumores grandes en los pulmones y aquellos que presentan difícil acceso posiblemente necesitan varios tratamientos de ARF.

Morales R. Karelis
CI 18089995
CAF




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SISTEMAS DE RADIOTRANSMISION POR MICROONDAS

CONFIABILIDAD DE SISTEMAS DE RADIOTRANSMISION POR MICROONDAS
Las normas de seguridad de funcionamiento de los sistemas de microondas han alcanzado gran rigidez. Por ejemplo, se utiliza un 99.98% de confiabilidad general en un sistema patrón de 6000 Km. de longitud, lo que equivale a permitir solo un máximo de 25 segundos de interrupción del año por cada enlace.
Por enlace o radioenlace se entiende el tramo de transmisión directa entre dos estaciones adyacentes, ya sean terminales o repetidoras, de un sistema de microondas. El enlace comprende los equipos correspondientes de las dos estaciones, como así mismo las antenas y el trayecto de propagación entre ambas. De acuerdo con las recomendaciones del CCIR, los enlaces, deben tener una longitud media de 50 Km.
Las empresas industriales que emplean sistemas de telecomunicaciones también hablan de una confiabilidad media del orden de 99.9999%, o sea un máximo de 30 segundos de interrupciones por año, en los sistemas de microondas de largo alcance.
Los cálculos estimados y cómputos de interrupciones del servicio por fallas de propagación, emplean procedimientos parcial o totalmente empíricos. Los resultados de dichos cálculos generalmente se dan como tiempo fuera de servicio (TFS) anual por enlace o porcentaje de confiabilidad por enlace.
La confiabilidad de los enlaces de microondas puede darse según fallas de equipo, aplicándose cálculos de probabilidad.
Los resultados de los cálculos de confiabilidad de los equipos de microondas se expresan como disponibilidad (del equipo) por enlace (D).
D = TES / TTD
Donde TES es el tiempo en servicio dentro de un período determinado y TDD es el tiempo total disponible.
Una aplicación lógica de este método de calculo es sumar las interrupciones por enlace durante el ano, causadas por:
- averías del equipo
- malas condiciones de propagación
Con el resultado se obtiene el TFS total que se puede aplicar como cifra de mérito de confiabilidad del enlace.
Ninguno de los parámetros mencionados
- Tiempo fuera de servicio anualmente,
- Confiabilidad en porcentaje o
- disponibilidad del equipo
Proporciona una dirección adecuada de la seguridad de funcionamiento del equipo, en el caso de sistemas superconfiables.
Los cálculos de TES (o tiempo disponible, D) y de TFS de los equipos de microondas siempre descansan en dos factores básicos:
- El tiempo medio (de Funcionamiento) entre falla (TMEF)
- El tiempo medio (de interrupción) hasta el servicio (TMHR).
El TMHR incluye las siguientes demoras:
- Notificación de falla ,
- Viaje hasta el lugar de instalación del equipo averiado,
- Determinación del carácter de la falla y tiempo que realmente se ocupa para efectuar la reparación o el reemplazo necesario.
Por lo tanto el TMHR representa el promedio de tiempo real fuera de servicio debido a fallas.
La conexión entre el TMEF y el TMHR determina la relación de TFS de servicio debido a fallas.
La conexión entre el TMEF y el TMHR determina la relación de TFS(tiempo no disponible o ND)
TFS (ND) = TMHR / TMEF
TES (D) + 1 -ND
TFS anual = 8760 * (ND) horas
El concepto de confiabilidad esta dado por confiabilidad = TES * 100%
En un sistema redundante:
ND = 5 / 5000 =0.001 = 0.1%
Para el TMHR se ha tomado como ejemplo un valor de 5 horas que, como se ha mencionado, incluye todo el tiempo que transcurre desde el instante en que se produce una avería hasta que el equipo ha sido reparado y puesto nuevamente en servicio. También se supone un TMEF de 5000 horas para cada juego de equipo. Comprende aproximadamente a un procedimiento de dos fallas por año, fallas reales
por que no hay duplicación de equipo.
D = 1 - 0.001 = 0.999 = 99.9%
TFS anual = 0.001 * 8760 = 8.76 horas
En un sistema redundante, se supone que se utilizan dos juegos de equipos, interconectados por conmutadores y detectores automáticos para el traspaso instantánea del equipo en servicio al de reserva en caso de avería. también se supone
TMEF = 5000 horas cada juego de equipo y
TMHR = 5 horas para cualquier falla.
Cualquier falla en un solo juego de equipo no interrumpe el servicio. La interrupción solo puede ocurrir si se produce falla en ambos juegos simultáneamente.
Suponiendo que las falla de los dos juegos de equipos del enlace se producen en forma errática e independiente.
(TMEF) red = (TMEF)² / TMHR
Luego,
(TMEF) red = (5000)² / 5 = 5000000 horas = 570 anos
con los valores supuestos, el tiempo medio de funcionamiento entre fallas del enlace(averías reales del sistema) seria de 570 anos.
La relación TFS del enlace (D red) esta dada por
ND red= TMHR / (TMEF)red = (TMHR/ TMER)² = (5 / 5000)² = 0.001%
D red = 1 - 0.00001 = 0.9999 = 99.9999%
TFS anual = 0.000001 * 8760 = 0.0876 hr = 32 seg.
En base a los valores empleados, las características de confiabilidad del equipo de un enlace puede especificarse como 32 segundos de TFS anual, esta cifra es solo una abstracción matemática. Como la duración de cualquier averiada en indivisible, puede suceder que en un ano determinado no ocurra ninguna interrupción.
De producirse una falla, esta tendría que ser mucho mas prolongada (las 5 horas tomadas como ejemplo).
El tiempo de restablecimiento estipulado en horas tendrá que ser acompañando de un valor equivalente de TMEF calculando en millones de horas (o sea cientos de años) para obtener una confiabilidad de 99.9999% por enlace.
TMEF = 10^ TMHR
Por ejemplo el tiempo de reparación es de 5 horas, el TMEF debe ser de 5000000 de horas = 570 anos. Si el tiempo de reparación es de 1 hora, el TMEF debe ser 1000000 de horas = 14 anos.
El valor de 32 segundos de TFS en la practica carece de significado efectivo ya que no puede existir en realidad, excepto como una improbable serie de coincidencias. El enlace tendría que funcionar por lo menos durante 570 anos para poder verificar el valor de confiabilidad; en dicho período habrían 569 anos sin ninguna falla y un ano cualquiera con 5 horas de interrupción.
los parámetros de disponibilidad o confiabilidad solo tendrían significado como rendimiento medio en un período de unos 10000 anos, o sea en 10000 enlaces.
En la práctica, para el cálculo de confiabilidad se presentan limitaciones impuestas por el hecho de que los sistemas de microondas generalmente deben funcionar con estaciones repetidoras distribuidas en una amplia región geográfica, incluso algunos puntos de difícil acceso. Este problema se agudiza en el caso de sistemas de muy largo alcance en que se necesita con mayor razón una confiabilidad elevada. Por lo tanto, la suposición de que el TMHR será menor de 1 o 2 horas, no esta de acuerdo con la realidad, incluso, la suposición de un TMHR de 5 horas, puede ser demasiado optimista.

Morales R. Karelis
CI 18089995
CAF



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